El 13 de febrero, el país será llamado a las urnas para votar sobre la prohibición de la experimentación con animales. Un asunto que se aborda por cuarta vez.

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La iniciativa popular que se somete a votación pide que se ponga fin a todos los experimentos con seres humanos y animales, y que se prohíba la importación de nuevos productos desarrollados con esos métodos.

Un grupo de ciudadanos de la Suiza oriental, entre ellos un naturópata, un médico y un agricultor ecológico son los impulsores de la iniciativa. Cuenta con el apoyo de unas 80 organizaciones y empresas relacionadas con el bienestar animal, la protección del medio ambiente y la medicina alternativa.

Según las cifras oficiales, el año pasado se utilizaron unos 556.000 animales con fines experimentales en Suiza. Esto representa un descenso del 18% en comparación con 2015, cuando se inició la tendencia a la baja. Sin embargo, el número de animales sometidos a pruebas de nivel 3, que les causan un dolor intenso, aumentó en 1 400 en 2021.

Para los iniciadores de la iniciativa, estos experimentos deben detenerse porque los animales también son sensibles al sufrimiento y al dolor. Argumentan que los experimentos con animales suelen llevar a callejones sin salida y que hay alternativas probadas y mejores formas de obtener conocimientos.

El Parlamento considera que la iniciativa es demasiado extrema y teme que obstaculise la investigación médica y científica en Suiza. La mayoría en el Legislativo opina que la legislación actual, que sólo permite los ensayos con animales cuando no hay alternativas disponibles, es suficiente.

Los suizos ya han rechazado tres iniciativas que pedían la prohibición de los ensayos con animales, en 1985, 1992 y 1993.

El Ejecutivo y el Parlamento aconsejan que la ciudadanía rechace la iniciativa en las urnas.