Con motivo de dar a conocer unos estudios previos para analizar cómo realizar la conservación y digitalización del Archivo Planas, conocemos de primera mano las impresiones y vivencias de David Iglésias Franch.
Pasamos a conocer un poco más David Iglésias Franch. Sabemos que se licenció en Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona y en Documentación por la Universidad Oberta de Catalunya. Tiene un postgrado en Nuevas Tecnologías para la gestión y el acceso a la información de la Escuela Politécnica Superior de Cataluña. Actualmente es Jefe del Departamento de Fotografía y Archivos Audiovisuales del Ayuntamiento de Girona, coordinador científico y docente. Además de ser autor y colaborador de publicaciones, y exposiciones comisariadas sobre fotografía. Su investigación se centra en la imagen digital.
Recordaremos que estos estudios han recibido el apoyo del Govern de les Illes Balears a través del Dep. De Modelo de Trabajo y Turismo; y Fondos Europeos con una subvención directa de 29.000€.
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¿La digitalización de los archivos será prioritario para la conservación del material original?
La existencia del archivo es clave, porque responde al testimonio de un hecho que ha sucedido hace poco menos de un siglo y medio de nuestra historia, que es la época de la fotografía química. Este es un fenómeno cultural que ha dejado un legado tan importante como son los archivos fotográficos. Hay interés en el objeto prioritario que es el archivo fotográfico desde el punto de vista material, el objetivo es conservar el testimonio de esta época. Por otro lado, esta época nos conduce a la época actual de la imagen digital, porque tiene un precedente que es la época del grabado, de los libros del romanticismo, de los libros de viajes. Todo eso que se creó en el siglo XIX, por tanto, es un hilo conductor en lo que es la cultura visual moderna. Es fundamental que fijemos nuestros esfuerzos en conservar estos archivos.
La digitalización es esencial para existir, si no hay digitalización los archivos no tienen presencia en el mundo actual porque todo pasa a la red. Si se tiene un archivo obligatoriamente se debe estar en la red para tener una posibilidad de reutilización de este archivo y para que el archivo tenga el interés público que se merece. Esto pasa inevitablemente por digitalizar y por transformar toda esta realidad que se concentra en el archivo fotográfico original. Esto tiene muchas implicaciones, no es una sencilla digitalización, o una publicación de imágenes; sino que aquí hay todo un trabajo de contextualización por tal de que estas imágenes sean entendidas en el contexto que le es propio, el de la fotografía del siglo XX.
¿Por qué es importante mantener una misma nomenclatura internacional?
Es esencial trabajar con unos estándares por tal que la información que generamos con esta digitalización, con esta publicación en línea de los archivos tenga una buena comprensión y permita una buena explotación de los datos. Nos tenemos que comunicar con el mundo externo, ya no es un catálogo de un archivo, sino que es un catálogo de archivo que pasa a las redes y que será consultado por el ámbito cultural, el de los archivos, museos, bibliotecas, etc. Pero al final será consultado por cualquier persona en cualquier lugar del mundo. Serán imágenes que se visualizarán en cualquier software, sistema operativo de cualquier lugar. La información que generemos debe ser comprensiva para las personas y al mismo tiempo para las máquinas. Esto nos obliga a generar una información que sea estandarizada. De aquí la importancia de que cuando montamos un sistema sea uno que vaya orientado en este sentido
Lo que interesa es que cuando tengamos una imagen con una plataforma X podamos saber quién es el autor, dónde se ha hecho, si hay un copyright, la información del contenido iconográfico o todo aquello que queramos saber. Por este motivo, es importante montar un sistema orientado para una explotación amplia de la información. Crear esta base será indispensable para después poder superar cualquier barrera tecnológica o idiomática.
¿Qué principales desafíos nos genera la obsolescencia tecnológica?
Todo aquello que está vinculado con la tecnología requiere que seamos activos. Nosotros debemos trabajar con imágenes que sean adaptables, transformables y que puedan sobrevivir en cualquier entorno. Debemos proyectar un archivo que sea adaptable, siempre trabajamos con datos, con información digital y por ejemplo a nivel de formatos debemos buscar formatos que se adapten al tiempo y sean activos. Debemos preocuparnos de esta preservación digital y de hacer que estas imágenes sean interpretadas a lo largo del tiempo. Es una cuestión que continuamente nos encontraremos, por lo tanto, son situaciones que hay que resolver.
¿Qué destacarías del proyecto de Casa Planas impulsado por Marina Planas en relación a la innovación en los Archivos?
Lo más importante del planteamiento que se ha hecho en Casa Planas es el hecho de generar un contexto para los archivos, es decir, un contexto creativo. Los archivos son fuente de información, pero también de inspiración para la creación. El hecho de centrarse en un archivo con temática principalmente sobre turismo en las islas y darle esta orientación, está totalmente en línea con la orientación que se les quiere dar a los archivos a nivel europeo. Hay muchos proyectos europeos que están impulsando este componente creativo por tal de dar diferentes visiones del archivo o para poder generar materiales nuevos inspirados en una base X. Por tanto, el hecho de vincular a la ciudadanía, de no aislar los archivos en el ámbito puramente patrimonial, cultural; sino el hecho de ampliar y hacer que estos archivos sean participativos de por sí es un hecho innovador y muy en lo que la Unión Europea está pensando por lo que es la proyección de todo el patrimonio cultural.
¿Qué opinas sobre el giro en las estrategias de conservación debido al cambio climático en relación a la digitalización?
La información digital es electrónica y por este motivo la preocupación principal es el mantenimiento de toda esta estructura que necesita de energía. Es un punto débil, ya que podemos perder información, junto a toda la preocupación actual que hay con el mantenimiento de datos, de soportes, de actualización, de estructuras informativas, etc. Se ha ido generando mucho conocimiento sobre cómo interpretar datos y por el otro lado todo el tema de la redundancia de datos que nos da una cierta seguridad. Principalmente el tema está en cómo mantenemos estas infraestructuras
¿Por qué los archivos deben ser activados/interpretados por diferentes agentes y por la ciudadanía?
La cuestión principal es que en el caso de la imagen fotográfica la imagen es un elemento universal, por tanto, todo el mundo consume imagen y es un medio en el cual todo el mundo se siente cómodo. Esta parte del patrimonio es una parte para compartir. Se debe llegar a la ciudadanía y se tiene que hacer que esta participe en lo que es la interpretación de archivo en cualquier nivel. Si la fotografía es universal la salida debe tener esta vocación universal y la implicación del mayor número de agentes posibles y de la ciudadanía en sí hará que los archivos adquieran la dimensión que les toca en la ciudad. Como elemento de identidad, pero también como fuente de inspiración.