El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha advertido este miércoles de que el 40% de los menores que están expuestos a la publicidad de comida rápida la toman más de dos días por semana, según el informe Publicidad, alimentación y derechos de la infancia en España, elaborado por la Gasol Foundation en colaboración con el ministerio.
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Comida rápida
El estudio analiza cómo influye la publicidad de comida y bebida no saludable en los hábitos de consumo de la población infantil y adolescente. Además, investiga la relación existente entre las pautas de alimentación de la infancia y la adolescencia, el uso que hacen los menores de las pantallas y el nivel socioeconómico de las familias.
Una de las conclusiones más destacadas es que estar expuesto a la publicidad de tres o más productos no saludables supone un consumo más frecuente de refrescos, bollería y pastelería industrial, aperitivos salados, golosinas y bebidas energéticas.
En concreto, el estudio evidencia que el porcentaje de menores que no está expuesto a la publicidad de comida rápida y que la consume más de dos días a la semana es del 26,3%. En cambio, entre los que sí están expuestos a dicha publicidad, la cifra alcanza el 39,6%, produciéndose un incremento del 50,57%.
En el caso de los aperitivos salados, el porcentaje de población infantojuvenil que los consume más de dos días a la semana es un 40,85% mayor entre quienes han estado expuestos a su publicidad frente a los que no. En las bebidas energéticas, la diferencia de población que las consume es prácticamente del doble en los casos en que han estado expuestos a la publicidad (un 38,2% frente a un 19,2% que no lo ha estado).
“Los datos y la evidencia científica nos muestran que estamos ante un severo problema de salud pública. Los factores son múltiples y complejos, pero la realidad es que el bombardeo de publicidad de comida basura y ultraprocesada que reciben nuestros menores en España está fuera de control”, ha señalado el ministro de Consumo.
Ante ello, Garzón ha reiterado “la necesidad de proteger a la población más vulnerable” y “mejorar la salud de la sociedad en la próxima generación con medidas que contribuyan a regular y garantizar que los menores no son destinatarios directos del marketing convencional y digital de alimentos con alto contenido en grasas, sal o azúcar procedente de productos no saludables”. Principalmente, según ha argumentado el ministro de Consumo, porque es “paradójico” que España sea el “país estrella de la dieta mediterránea” y, al mismo tiempo, el que registra “el menor consumo de verdura fresca diaria y semanal en niños y niñas de entre 6 y 9 años de todo el continente europeo y el quinto con menor consumo de fruta”.
Más datos del informe
Según el informe Publicidad, alimentación y derechos de la infancia en España, el 80% de los menores de entre 8 y 16 años está expuesto a la publicidad de alimentos y bebidas no saludables durante el último mes, lo cual se relaciona con un consumo más frecuente de este tipo de productos.
Los datos que ha analizado la Gasol Foundation, que provienen del Barómetro de Opinión de Infancia y Adolescencia de UNICEF España 2020-2021 y del estudio PASOS 2022-2023, también señalan que la población expuesta a la publicidad de productos no saludables es la que dedica un mayor tiempo al uso de las pantallas y la que reside en entornos de menor renta.
Por ejemplo, el promedio diario de calorías ingeridas procedentes de la comida rápida o la bollería industrial por quienes afirman haber visto publicidad de estos grupos de productos es de 60,4 Kcal más al día, y de un 47,9 Kcal, respectivamente.
Además, el porcentaje de población que ha participado en el estudio a través de un centro educativo situado en una zona de menor renta media y que declara estar expuesta a la publicidad de tres o más productos de alimentación y bebidas no saludables es un 10,88% mayor respecto a la población que se desarrolla en un entorno más favorable.