El 77% de las ciudades ya tiene alguna restricción de movilidad en sus nucleos urbanos.
La nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética obliga a las poblaciones de más de 50.000 habitantes a incluir Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en sus planes de movilidad sostenible, con el objetivo de mejorar la calidad del aire y reducir los niveles de ruido que en las ciudades, donde, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cada año mueren 25.000 personas a causa a la contaminación ambiental, producida en gran medida por nuestros vehículos de motor (se estima el 30% de las emisiones de CO2 proceden del tráfico rodado).
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En apenas 15 meses, estas ciudades deberán haber implantado las medidas y adaptaciones necesarias para adecuar la circulación a las normas que marca la nueva ley.
“Estas zonas mejorarán la calidad del aire de más de 30 millones de personas. Y además reducirán la congestión y la siniestralidad en el tráfico urbano”, destaca Susana Gómez, subdirectora adjunta de Vehículos de la DGT.
«Las ZBE son una oportunidad para conseguir una movilidad sin humos, sin ruidos y sin muertes. Con ellas actualizamos el uso del coche y la tecnología de los automóviles al siglo XXI», opina Alfonso Gil, teniente alcalde de Bilbao y presidente de la Comisión de Transportes, Movilidad Sostenible y Seguridad Vial de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Más que restricciones.
Con el fin de ayudar a las ciudades a que tengan la obligación –o quieran– crear estos espacios libres de malos humos, la FEMP junto al Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y en colaboración con la DGT, presentaron conjuntamente en junio una guía con las recomendaciones técnicas y actuaciones necesarias, más allá de las restricciones a la circulación, «para que todas las ciudades puedan aplicar las ZBE con la mayor eficacia posible», señala Marc Iglesias, responsable de Proyectos de Movilidad Sostenible del AMB.
El manual toma como referencia la experiencia real de la ZBE-Rondas de Barcelona, en marcha desde 2020, que se extiende por cinco municipios, incluida Barcelona, unos 100 kilómetros cuadrados con dos millones de habitantes donde está prohibida la circulación a los vehículos sin distintivo medioambiental –los más contaminantes–, desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la tarde.
Y donde han sido necesarias otras actuaciones como la instalación de señalización y de cámaras de control, la creación de un sistema sancionador, campañas de información…: «Una ZBE con cierta ambición en movilidad sostenible debe ir acompañada de una buena oferta de transporte público, un parque móvil menos contaminante y más seguro, la promoción de la bicicleta y espacio para el peatón», apunta Iglesias.
Experiencias propias.
En efecto, muchas otras ciudades españolas estudian cómo implantar sus ZBE, tomando como base el proyecto de la AMB. Pero también siguiendo experiencias propias: según un informe de la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), que analiza las medidas implantadas por las ciudades para mudar a un modelo de movilidad más sostenible, solo el 9% de las ciudades de más de 50.000 habitantes están dotadas de ZBE, aunque el 77% de las ellas ya tiene alguna restricción de movilidad en sus núcleos urbanos.
«Las ZBE deben tener criterios comunes en todas las ciudades pero a la vez deben adaptarse a sus necesidades. Cada ciudad se mueve de una forma distinta», destaca Alfonso Gil. distrito centro.
¿Qué es una ZBE?
Las Zonas de Bajas Emisiones son zonas delimitadas dentro de una ciudad donde se limita el acceso a los vehículos más emisores y contaminantes para mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los automóviles -dióxido de carbono (CO2), óxidos de nitrógeno (NOx) o hidrocarburos (HC)-, según establece el Ministerio de Transición Ecológica en sus directrices para la creación de las ZBE.
Por su parte, el manual técnico para la implantación de ZBE, elaborado conjuntamente por la FEMP y la AMB, utiliza como base el sistema de etiquetaje de vehículos de la DGT y recomienda «abarcar el mayor área posible» con restricciones para los vehículos sin distintivo ambiental, y hacer estas limitaciones aún más severas en «cascos antiguos, zonas centrales y entornos sensibles (escuelas, residencias, hospitales…)», solamente para vehículos con distintivo 0 (eléctricos e híbridos enchufables).