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Diferentes Ciudades del Sur de Europa de la red SET hacen una convocatoria unitaria el próximo martes 27 de septiembre, Día Mundial del Turismo para denunciar los impactos y consecuencias de la intensificación turística tras el paro que supuso la pandemia y atendiendo a la situación actual de agravamiento de la crisis climática.
En Mallorca, más de una treintena de entidades convocan el martes 27 de septiembre a las 19h en una cadena humana rodeando el Consolat de Mar.
La red SET, red de ciudades del sur de Europa contra la turistización, lanza una convocatoria unitaria de acción para el martes, día 27 de septiembre en diferentes ciudades y territorios, con motivo de la NO celebración del Día Mundial del Turismo y bajo el lema Colapso Tourism Day.
Aquí en Mallorca, las entidades de la Plataforma contra la Ampliación del Aeropuerto y otras entidades de toda la isla se suman a esta convocatoria unitaria y convocan a una Cadena Humana en torno al Consulado de Mar, el martes 27 a las 19 h.
El porqué de esta convocatoria.
Masificación y presión sobre el territorio y los recursos
Este verano hemos visto una vuelta del turismo masivo que en algunos casos se acerca estadísticamente al período precovidido, y en otros los supera claramente.
La masificación turística en las Islas Baleares, y concretamente en Mallorca, está en cifras de récord en todos los ámbitos superando los datos de 2019, antes de la pandemia. Aproximadamente 16 millones de turistas llegan por las puertas de entrada a la isla, sea por el aeropuerto o por los puertos de Mallorca, alojándose en el gran número de plazas turísticas disponibles de la hostelería y en viviendas turísticas.
A día de hoy la oferta hotelera se encuentra con una ocupación del 95% en las Islas Baleares. Lideramos la recuperación del sector turístico en España cerrando el segundo trimestre de este año con un 6,4% más de venta que en 2019, según EXCELTUR, aunque la mitad de turistas no se aloja en hoteles sino en el alquiler turístico vacacional.
La presión urbanística crece también a un ritmo muy preocupante, las obras visadas en el primer semestre del año están entre un 3% y un 5% por encima de las visadas en el mismo período de 2021 y 2019 respectivamente, según los datos del Colegio de Arquitectos de Baleares. El sector recupera los niveles previos a la pandemia representando la mayor cifra semestral de obras desde 2008. Y además, la construcción se concentra en un segmento de lujo mientras, debido a la presión turística, no hay viviendas accesibles para la población residente.
La masificación turística supone una presión social (índice de presión humana) elevadísima en las Islas -concretamente en Mallorca, en este mes de agosto ya se han superado los 2 millones de personas- y una saturación de todas las infraestructuras que no pueden dar alcance a una excesiva demanda de recursos básicos como el agua, la ocupación del territorio y la demanda energética. Las depuradoras, las carreteras y las playas a rebosar generando gran cantidad de problemas para los residentes y visitantes. Mientras, existen alarma de sequía y diferentes municipios como Artà, Deià y Manacor ya aplican restricciones al alto consumo de agua. Recordamos que según datos oficiales, el turismo consume uno de cada cuatro litros de agua.
El coste de este modelo económico basado en la intensificación turística es elevadísimo en el ámbito económico, social y ambiental. Dependemos cada vez más del “todo turismo” que imposibilita una diversificación económica, mientras se facilita el negocio de grandes empresas y fondos financieros que ven en este sistema una ganancia a corto plazo con un coste mínimo y unos efectos colaterales altísimos para la población y los recursos naturales. Mientras tanto se destina gran cantidad de dinero público a priorizar la construcción o ampliación de infraestructuras viarias, aeroportuarias y portuarias para aumentar su capacidad operativa, privatizándose las ganancias y socializándose las pérdidas.
Emisiones
Este modelo económico supone una generación de emisiones de CO₂ que no para de incrementarse, haciéndolo paralelamente al crecimiento de los indicadores relacionados con el modelo de masificación turística, sobre todo debido al aumento de la demanda energética en un verano con oleadas de calor continuadas y al uso de sistemas de transporte muy contaminantes como los aviones, barcos y vehículos de transporte privado. Un modelo que todavía prevé seguir creciendo en llegada de más turistas, lo que supone emitir más emisiones en un contexto de emergencia climática declarado por el Gobierno de las IB y el Gobierno Español. Mientras que debe reducirse número de turistas y emisiones como indican los científicos/expertos. Todo esto supone una grave contradicción con las declaraciones de emergencia climática realizadas por el Gobierno de las IB y el Gobierno Español. Mientras que debe reducirse número de turistas y emisiones como indican los científicos/expertos. Todo esto supone una grave contradicción con las declaraciones de emergencia climática realizadas por el Gobierno de las IB y el Gobierno Español y con los Acuerdos de París que nos obligan a bajar las emisiones de forma urgente.
La masificación turística nos hace más pobres y nos excluye
Un modelo de masificación turística que aumenta la creación de empleo pero con unas condiciones de precariedad laboral, desigualdad social y emergencia habitacional cada vez más preocupantes aumentando las desigualdades y la injusticia social. Desde la pandemia ha crecido la desigualdad, se ha recaudado más dinero pero no ha supuesto un mejor bienestar sino al contrario, la población en riesgo de pobreza ha crecido. En paralelo comienza a calar fuerte la demanda por un turismo de “más calidad”, una deriva peligrosa atendiendo al mayor consumo de recursos que implica y al hecho de que incentiva un mercado inmobiliario basado en la especulación y el aumento de precios de la vivienda no accesible para los residentes, provocando expulsión y agravamiento de las desigualdades.
El modelo de crecimiento y exceso de turismo no mejora los indicadores económicos, ambientales y sociales, al contrario, nos empobrece. Actualmente, la CCAA de las IB, con más de 16 millones de turistas anuales, nos encontramos en la duodécima posición del PIB español, cuando en 1980 con 5 millones de turistas nos situamos en la primera posición del PIB. La masificación turística nos hace más pobres en función de los indicadores económicos actuales.
Un modelo que hace de las infraestructuras viarias, aeroportuarias y portuarias el eje vertebrador de la masificación turística y urbanística, y la saturación del territorio y las infraestructuras. Por poner un ejemplo, en el Puerto de Palma el sábado 20 de agosto coincidieron 5 cruceros internacionales y 7 ferrys de varias navieras con un gran número de pasajeros, una parte de los cuales utilizan el puerto base de Palma para embarcarse en los cruceros para el Mediterráneo tras su llegada al aeropuerto de Palma procedentes de distintos países europeos. Puerto y aeropuerto ligados al círculo de la “masificación turística”.
Nuevas conexiones, más turismo
El Gobierno de las IB y el Consell de Mallorca no se quedan atrás con el beneplácito a la llegada de más aviones y más turistas recibiendo de forma muy positiva la apertura de la nueva ruta de enlace aeroportuaria de Palma con Nueva York, la que supondrá la llegada de más pasajeros y del negocio inmobiliario, de hecho algunas inmobiliarias han anunciado que se convertirá en breve en la inmobiliaria de referencia de EEUU en Mallorca. Y siguen con intención de seguir abriendo nuevas rutas.
Turismo masivo, turismo excesivo y colapso
Es urgente y necesario poner freno a un modelo de monocultivo turístico basado en el crecimiento sin límites y la masificación que nos lleva al desastre económico, social y ambiental para las islas y sus habitantes, un modelo que no pone a las personas y al planeta en el centro para mejorar sus condiciones de vida de forma más justa y equitativa para todos y todas. Las entidades convocantes y otras muchas estamos haciendo propuestas para eliminar la masificación turística y para cambiar el modelo actual por otro donde las futuras generaciones tengan la esperanza de un futuro mejor.
Gentrificación y pérdida de identidad
Las Islas Baleares lideran el ranking nacional de comunidades autónomas donde los extranjeros compran un mayor número de viviendas. En 2021, este porcentaje se situó en el 33% del total, 10 puntos por encima de la segunda comunidad del ranking, Islas Canarias. Además, muchas de estas compras están destinadas al alquiler turístico, lo que aún agrava más el problema de la masificación y hace que, de cada vez, sea más común ver pueblos fantasmas en Baleares durante los meses de otoño e invierno. El proceso de gentrificación no sólo comporta un proceso migratorio residencial, sino que afecta directamente a la identidad cultural de los barrios y pueblos, que pierden la esencia, la vida y sus propias tradiciones.
Tenemos un modelo socioeconómico sin escrúpulos que simplemente busca seguir maximizando sus beneficios por encima de todo, sin importar en absoluto los impactos sociales, culturales o ecológicos que provoca en nuestras islas.
Así, bajo el lema WORLD TOURISM DAY = COLLAPSE TOURISM DAY, el martes 27 de septiembre tendrán lugar diferentes acciones de protesta y denuncia de esta situación en distintos puntos del Sur de Europa.