Está en marcha un programa participativo con personas usuarias, familias, entidades y profesionales de la salud mental
La consellera de Salud, Manuela García, ha inaugurado esta mañana la conferencia «Espacios que cuidan: la arquitectura al servicio de la salud mental y el bienestar emocional» impartida por Rita Gasalla, presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS) y especialista en arquitectura saludable y neuroarquitectura.
Organizada por la Dirección General de Salud Mental, la conferencia se enmarca en el proyecto piloto de diseño de un espacio de desescalada que promueva entornos terapéuticos más adaptados y humanizados ante una crisis de salud mental en las urgencias hospitalarias.
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Salud Mental trabaja en el diseño de un espacio de desescalada que promueva entornos humanizados
En su intervención, la consellera de Salud ha subrayado que «esta iniciativa busca promover una atención basada en los derechos humanos, pero también conseguir que estos pacientes gocen de una mayor autonomía que les proporcione un mayor bienestar emocional». En definitiva, aseguró García, se persigue «un cambio asistencial que reconozca la dignidad, la autonomía y la capacidad de toma de decisiones de todas las personas, buscando que la atención se centre en sus necesidades y preferencias individuales».
Por su parte, la directora general de Salud Mental, Carme Bosch, ha afirmado que los espacios arquitectónicos son primordiales para conseguir mejores resultados en satisfacción de los pacientes, y que en salud mental se dan pasos en este sentido. Esta actuación se enmarca en la línea de la Dirección General de Salud Mental de lucha contra el estigma y defensa de los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental.
El objetivo es tener un modelo de espacio diseñado con unas características de iluminación, mobiliario, decoración, etc. y con una serie de estímulos visuales, auditivos, táctiles e incluso olfativos que puedan ser percibidos por el usuario y que permitan reducir su estrés, ansiedad y agitación. Diferentes estudios ponen de relieve que este tipo de salas contribuyen a la reducción del estrés en pacientes con problemas de salud mental y disminuyen de forma significativa el aislamiento y facilitan la contención.