Contaminación atmosférica

Dic 9, 2021 | Actualidad, Destacado, Revista Lloseta, TDB, Tradición

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Según estimaciones, cada año se producen en el mundo unos siete millones de defunciones atribuibles a la contaminación atmosférica. Los datos de la OMS indican que 9 de cada 10 personas respiran aire cuyos altos niveles de contaminantes superan los límites recomendados en las directrices de la OMS; a ese respecto, los países de ingresos bajos y medianos son los más expuestos. La OMS presta apoyo a los países para hacer frente a la contaminación atmosférica.

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Desde el smog suspendido sobre las ciudades hasta el humo en los hogares, la contaminación atmosférica plantea una grave amenaza para la salud y el clima. Los efectos combinados de la contaminación atmosférica ambiente (exterior) y la contaminación del aire en los hogares ocasionan cada año unos siete millones de defunciones prematuras, como consecuencia, en gran medida, del aumento de la mortalidad por accidente cerebrovascular, cardiopatía coronaria, neumopatía obstructiva crónica, cáncer de pulmón e infecciones respiratorias agudas.

Contaminación del aire.
Desde el smog suspendido sobre las ciudades hasta el humo en los hogares, la contaminación atmosférica plantea una grave amenaza para la salud y el clima. Se estima que la contaminación del aire provoca cada año 4,2 millones de defunciones por accidente cerebrovascular, cardiopatía coronaria, cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias agudas y crónicas.

Aproximadamente un 91% de la población mundial vive en lugares en los que los niveles de contaminación del aire exceden los límites establecidos por la OMS. Si bien la contaminación atmosférica afecta por igual a los países desarrollados y a los países en desarrollo, los países de ingresos bajos y medianos son los más perjudicados, en particular en la Regiones del Pacífico Occidental y Asia Sudoriental de la OMS.

Las fuentes de contaminación atmosférica son múltiples y específicas de cada contexto. Las principales fuentes de contaminación del aire exterior son el consumo doméstico de energía para cocinar y calefaccionar, los vehículos, la generación de energía, la agricultura, la incineración de residuos y la industria. Las políticas y las inversiones que respaldan medidas integradas de apoyo al uso sostenible de la tierra, el uso doméstico de energía y medios de transporte menos contaminantes, las viviendas con eficiencia energética, la generación de electricidad, la industria y la mejor gestión municipal de residuos pueden reducir efectivamente las principales fuentes de contaminación atmosférica.

La calidad del aire está estrechamente relacionada con el clima del planeta y los ecosistemas de todo el mundo. Muchos de los agentes que propician la contaminación atmosférica (por ejemplo, la quema de combustibles fósiles) son también fuentes emisoras de gases de efecto invernadero. Por consiguiente, las políticas orientadas a reducir la contaminación atmosférica proponen una estrategia beneficiosa para el clima y la salud, consistente en reducir la carga de morbilidad atribuible a la contaminación atmosférica y contribuir a la mitigación del cambio climático a corto y largo plazo.

Contaminación en las viviendas.
La contaminación del aire en las viviendas es una de las principales causas de enfermedad y muerte prematura en los países en desarrollo.

La exposición al humo producido al cocinar con fuego ocasiona 3,8 millones de defunciones prematuras cada año, la mayor parte de ellas en países de ingresos bajos y medianos. La quema de combustibles tales como estiércol, madera y carbón en cocinas ineficientes o chimeneas abiertas genera diversos contaminantes nocivos para la salud, especialmente partículas finas, metano, monóxido de carbono, hidrocarburos aromáticos policíclicos y compuestos orgánicos volátiles. La combustión de keroseno en lámparas con mechas también libera importantes emisiones de partículas finas y otros contaminantes.

Las partículas finas son contaminantes de especial preocupación. Muchos estudios han demostrado que existe una relación directa entre la exposición a esas partículas y los efectos perjudiciales para la salud. Las partículas de diámetro más pequeño (PM2.5 o menos) suelen ser las más peligrosas, y las partículas ultrafinas (un micrón de diámetro, o menos) pueden atravesar tejidos y órganos, lo que incrementa el riesgo de repercusiones de salud sistémicas.

La exposición a contaminantes del aire en locales cerrados puede provocar una amplia gama de trastornos de salud, tanto en niños como en adultos, por ejemplo, enfermedades respiratorias, cáncer y problemas en los ojos. Los miembros de familias que dependen de combustibles y dispositivos contaminantes también corren un alto riesgo de quemaduras, intoxicación, traumatismos osteomusculares y accidentes.